Pienso en Orlando

Orlando

Pienso en Eddie Jamoldroy escribiéndole a su madre unos segundos antes de morir encerrado en el baño de la discoteca que fue blanco de uno de los actos de odio más aberrantes contra la comunidad homosexual del mundo entero ocurrido en una discoteca de la ciudad de Orlando el pasado 12 de Junio. Pienso en los familiares vivos que en su momento no pudieron aceptar la homosexualidad de sus hijos ahora ya muertos. Pienso en la culpa y en el amor no expresado. Pienso en el dolor de ser padres. Pienso en la escena una y otra vez. En esos últimos segundos de vida de esa víctima que recurre a su madre para decirle “mami, te amo” sin que ésta pueda hacer nada para salvarlo.

Y entonces pienso en la vulnerabilidad de nuestra vida. Y en los jóvenes que también murieron en Utopía asfixiados pero de los que ya nadie habla. Y en las cámaras de gas instaladas en los campos de exterminio durante la segunda guerra mundial y en los millones de muertos solo por el hecho de haber sido judíos. En los perseguidos de todas las épocas de la historia por ser minoría. En los homosexuales de hoy que vemos sufrir a diario por sentir que son marginados no solo en el espacio público sino al interior de sus propias familias. Por los mismos seres humanos que les dieron la vida. Pienso en el odio a la especie humana que la misma especie tiene contra sí misma. Pienso en el odio de Omar Marteen hacia sí mismo antes que a cualquiera. Pienso en su tánatos desenfrenado que ni la existencia de su propio hijo pudo calmar. Pienso en ese ser que ahora está a salvo, paradójicamente, estando huérfano. Y en que ese niño al que “protegía” evitando que sea homosexual ha terminado estando más desprotegido que nunca. Pienso que ahora tiene que cargar con el peso de haber tenido como padre a un hombre que perpetró una de las matanzas más masivas en Estados Unidos. Pienso que ese niño algún día será adulto y que tomar consciencia de sus orígenes debe ser algo parecido a estar muerto.

Pienso en las matanzas a pequeña escala, en el bullying, en el silencio, en las colusiones que se gestan por inseguridad o por omnipotencia. Pienso en todo lo no dicho pero transmitido de una generación a otra. Pienso en el sufrimiento no procesado y convertido en odio. Pienso en aquellos homosexuales que murieron y en el homenaje que se merecen por su coraje. Pienso en ellos.

Jennifer Levy