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El arte como mediador terapéutico

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La Jornada sobre Mediadores terapéuticos en el trabajo vincular que dicta María Antonieta Pezo en el Instituto Inter-Cambio se ha vuelto un espacio imprescindible para pensar acerca del quehacer clínico más allá del consultorio. Escuchar a Pezo acerca del trabajo que hace en Brasil y en diferentes lugares de Latinoamérica con grupos diversos y con instituciones que requieren su intervención para transformar patrones de relación estáticos y “patológicos”, es estimulante e inspirador.

La primera jornada a la que asistí trató sobre el uso del pictograma como una herramienta terapéutica sumamente transformadora. Descubrimos que dibujar en grupo creaba cadenas asociativas reveladoras de los contenidos inconscientes que subyacen a toda agrupación humana. En esta oportunidad, la expositora nos presentó una nueva técnica que ella utiliza mucho, “la dramatización de lo cotidiano”. Se trata de acompañar a los miembros de un grupo a reproducir situaciones de la vida cotidiana a través de la dramatización y ayudarlos a identificar los contenidos y las dinámicas interpersonales latentes que se juegan y se representan para generar los cambios hacia la “salud”.

Tanto el pictograma como la dramatización de lo cotidiano permiten acceder con aparente facilidad al espacio invisible de la experiencia psíquica que no ha podido ser pensaba ni simbolizada. A lo largo de su experiencia, Pezo ha observado que la gente que trabaja en empresas, centros educativos u organizaciones sociales tienen mucha dificultad para expresar sus ideas libremente porque hay de por medio roles jerárquicos, rivalidades y alianzas. Los mediadores terapéuticos que hemos descrito tienen la función de desbloquear «el silencio» instalado y de facilitar una convivencia más dinámica.

Siempre es interesante escuchar a Pezo porque nos recuerda que el quehacer en el consultorio es una de las tantas formas clínicas de acercarnos al dolor humano pero no la única. Pezo rescata las posibilidades de mayor transformación y cambio emocional que ocurren en el espacio de “lo colectivo”. Sin negar la importancia que tiene la escucha y el acompañamiento en el vínculo terapéutico de a dos, Pezo defiende un psicoanálisis abierto a la comunidad y comprometido con los fenómenos sociales que cada generación demanda atender.

Jennifer Levy

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