Me conmovió leer Hijo de Satanás. Un cuento de Charles Bukowski que trata sobre una pandilla de adolescentes que luchan por sobrevivir y pueden llegar hasta los límites más extremos del bullying solo para sentirse importantes. Pues lo que más puede avergonzar a un personaje adolescente de Bukowski es ser descubierto en su debilidad. Las pandillas de matones de sus relatos actúan bajo la necesidad de probarse a sí mismos que son “duros” tal vez porque esa es la única forma de resistir en medio de tanta hostilidad. Despliegan todo su potencial destructivo para contrarrestar la tristeza de haber crecido en entornos familiares desprotegidos y absolutamente violentos.
La senda del perdedor es la novela que le sigue a Hijo de Satanás. Narra la historia de la vida de su protagonista, Henry Chinaski, que a su vez es el alter ego de Bukowski. Estos dos relatos bastan para constatar que el mundo adolescente de Bukowski es delincuencial, pobre, feroz y miserable. Sin embargo, debajo de este escenario brusco, se percibe la soledad y la desesperación de Chinaski y compañía. No hay figuras de padres ni profesores a los que se pueda admirar. No hay “grandes” en quienes poder confiar. No hay amigos de verdad. Página tras página, sólo se respira orfandad. Y lo único que calma la angustia en esta atmósfera desolada son las drogas, el alcohol y los golpes.
Estos dos relatos “autobiográficos” que hace Bukowski de sus años de juventud reproduce el universo norteamericano adolescente de los años 20 y 30 que, a su vez, refleja el mundo adolescente que percibimos hoy a nuestro alrededor?. Últimamente, la violencia se ha convertido en un arma de autoaafirmación entre los jóvenes pero también entre los adultos que viven a su alrededor y están a cargo de ellos. Hemos sido testigos de actos salvajes en colegios de nuestro país donde la injuria narcisista se resuelve matando a balazos en escenarios que deberían estar destinados a salvaguardar la salud mental de sus alumnos. Hemos sido testigos de hasta qué punto los padres pueden coludirse y apañar a sus hijos para escapar de sus responsabilidades aunque éstos hayan “atropellado” la vida de otros. Hemos sido testigos de cuan poco importa la vida de un menor cuando los adultos, cegados por el odio y los celos, deciden saldar sus cuentas aunque en ello arrasen con todo a su alrededor. Y, hace pocos días, hemos sido testigos del asesinato de la joven universitaria Carla sin ninguna figura de autoridad que pudiera impedirlo. Cuán cerca del mundo trágico y desprotegido de Bukowski estamos.
Charles Bukowski (1920-1994), escritor alemán nacionalizado estadounidense, vivió toda su vida en Los Ángeles, ciudad donde se desenvuelven sus relatos. Considerado el representante de una narrativa cruda e hiperrealista que refleja la vida de los suburbios norteamericanos, entre sus obras más conocidas están Hijo de Satanás, La senda del perdedor, Mujeres, Factótum y La máquina de follar.